Portear sí, pero no de cualquier manera…

Llevar a tu bebé piel con piel es una experiencia única que estrecha la relación entre hij@s y padres. Para los peques, estar tan cerca de su progenitor les hace sentir seguros y protegidos.
Sin embargo, a la hora de elegir un portabebés no se tiene en cuenta la correcta y ergonómica posición del peque. A la hora de portear hay que respetar su posición natural, ésta es en forma de “ranita” o en forma de “M”, es decir, manteniendo sus piernas flexionadas, rodillas altas (más que su culete), espalda curvada en forma de “C” y sujeción adecuada de la cabecita los primeros meses.

Y la pregunta que muchos de vosotros nos hacéis: ¿Por qué portear? Porque los beneficios para hacerlo son muchísimos, tanto para el bebé como para la persona que lo portea. A continuación os indicaremos algunos ejemplos:

Para el bebé:

– Lloran menos.

– Son más felices.

– Duermen mucho mejor.

– Los cólicos disminuyen.

– Estimulan su motricidad.

– Regulan mejor su temperatura.

– Favorece el desarrollo de la columna gracias a su posición ergonómica.

Para los papis:

– ¡Manos libres!

– Mayor tranquilidad.

– Favorece el vínculo afectivo.

– Facilita la lactancia materna.

– Pueden seguir realizando sus actividades cotidianas.

Por lo tanto: ¡NO LO DUDÉIS! portear siempre será una buena elección para ambos siempre y cuando sea con un portabebés 100% ergonómico.