¿Te has decidido a darle el pecho a tu bebé cuando nazca? Nos parece una idea excelente. Ya hablábamos otro día de los beneficios de la lactancia materna y hoy queremos resolver algunas de las dudas más frecuentes que surgen a las mamás al principio.

Primera lactancia: justo después del parto

Si vas a optar por la lactancia materna, lo mejor es empezar cuanto antes. Idealmente, y siempre que sea posible, en la primera hora tras el parto. Según la Academia Estadounidense de Pediatría, los recién nacidos que toman leche en esa primera hora tienen más posibilidades de querer seguir tomándola a lo largo de varios meses. Esto no quiere decir que haya que forzar al pequeño: para que un bebé busque él solito el seno de su madre, suele bastar con que lo tenga junto a su abdomen durante un rato.

De vuelta en casa

Una vez instalados en casita, es buena idea crear una rutina para dar el pecho. Por ejemplo, seguramente descubrirás que cierto rincón se convierte en tu lugar favorito para amamantar a tu bebé. Y hacerlo siempre en los mismos lugares puede ayudaros a regularizar las tomas y a crear una agradable sensación de familiaridad.

En cuanto a la frecuencia, no hay normas fijas. Prueba a darle el pecho cada vez que lo desee. Eso sí, no debes esperar a que llore, pues no hay ninguna necesidad de esperar a que se le despierte tanta hambre. Cada bebé es un mundo, pero, por lo general, no tardará más de dos o tres horas en volver a tener hambre durante el día, y quizá un poco más por la noche.

Con el tiempo, ambos os iréis acostumbrando a la lactancia y suele ser una experiencia gratificante para la mamá y el peque. Es normal que algunos tarden un poco en aprender el hábito de la succión, así que no te preocupes si ves que al principio le cuesta. A lo que sí deberías prestar atención es a equilibrar el tiempo que mama de cada pecho y a ir alternando el orden por el que comienza. Esto es importante porque así el flujo será similar en ambos pechos, tu bebé recibirá más nutrientes y tú te sentirás menos hinchada.

De todos modos, nuestro consejo final es que busques los hábitos que a tu peque y a ti os resulten más cómodos. ¡Ah!, y disfruta de cada momento. En ocasiones, dar el pecho puede ser algo incómodo, pero la mayoría de madres que optan por ello lo recuerdan más tarde como una experiencia grata y reconfortante.